Imagen tomada de: www.macosas.com |
Con la esperanza de encontrar un futuro, con la intención de expresar una realidad, cuando la NASA lanzó en 1977 las dos sondas Voyager, introdujo en cada una de ellas, discos de oro con información sobre la vida en el planeta. Sonidos de la tierra, música típica de una cultura, imágenes de existencia y una dirección detallada del Planeta azul, son algunos referentes que esconden los soportes.
No importa el material utilizado. Pueden
ser de oro como el de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio;
de cobre, como la descubierta en 2009 en Madrid, o de piedra (que data del
siglo VII a.C), las cápsulas del tiempo tienen la misión de resguardar mensajes
para el futuro.
De acuerdo con ABC, los recipientes herméticos
son tan antiguos y tan habituales para el hombre, que se estima existen en el
mundo más de 10mil “bombas de tiempo”. Debido a su abundancia, en 1990 se creó la
Sociedad Internacional de las Cápsulas del Tiempo (ITCS por sus siglas en
inglés).
Según la misma fuente, es posible
distinguir cuatro tipos de guardianes y
mensajeros del mañana. Aquellas que fueron creadas intencionalmente (como las del Voyager) y las
que no (como ruinas de ciudades antiguas); y a las que se les designó una fecha
específica para su apertura y su contraparte sin fecha de destape.
Discos de oro lanzados en las sondas Voyager. Imagen tomada de: www.sindramas.com |
No obstante su categoría, todas enfrentan
un mismo dilema: ¿qué tipo de soporte usar? Si las cápsulas pueden ser
enterradas, pueden dejarse a la intemperie o lanzarse al espacio, ¿cómo hacer
para que la información contenida no caduque? Es decir, quién nos asegura que
las fotos no se consumirán o que nuestros futuros destinatarios contarán con
los instrumentos suficientes para leer un disco duro, por ejemplo.
Por esta razón, según el diario español, se ha apostado por
el papel como el sostén más viable para plasmar las peripecias humanas. ¿Por
qué? Ya que para leer basta con conocer
un sistema de códigos lingüísticos, interpretarlos, entenderlos y ¡voilá¡.
Entonces, si el papel impreso, o mejor dicho los libros, son imprescindibles
para guardar lo sucedido, para guardarnos, ¿no resulta necesario elaborar una vigilante celoso de cómo hacer
libros?
¿Qué necesitan saber las personas del
futuro sobre la elaboración de libros? Indudablemente habría que remontarlos a
la operación actual de las empresas editoriales.
Con base en el texto Guía para la publicación de libros de Datus C. Smith, ex director
de prensa de la Universidad de Princeton, un posible comunicado se conformaría
de la siguiente manera.
Muy apreciable desconocido del
futuro:
Si necesita elaborar un conjunto de libros y
difundirlos, este texto es para usted.
Primero debe saber que es sustancial
que los libros que produzca sean de carácter regional. Es decir, que se
elaboren desde el seno del lugar en donde vive. Esto conservará el saber natural
de su comarca tecnológica; originará un apego a un estilo de vida, fomentará un
sentimiento de pertenencia entre sus colegas y será una memoria de su presente,
en comparación de nuestra idealización del tiempo venidero.
Para la creación de los textos puede hacer alianzas (como las que
estamos seguros, se siguen dando en ámbitos como la economía. Ya por la
cercanía con otras comunidades o por elementos en común.
Ahora, es necesario conocer que en el proceso de producción intervienen cuatro fases y en cada una un aliado
dirige operaciones varias:
1. La escritura y el autor
El autor o autores, son los
encargados de crear las ideas que serán plasmadas. Inicialmente, debido a que
el proceso no es asunto fácil, el productor de ideas posee “los derechos” en la
material. Esto significa que puede decir qué hacer con su texto y en caso de
que decida divulgarlo, es legítimo que reciba un beneficio monetario por su
labor.
Usted no puede publicar obras que no sean de su autoría. En mi presente,
una institución se encarga de vigilar lo anterior (la Convención Internacional
de Copyright). Estoy segura que en su actualidad, existe una fundación con
similares fines.
2. La edición y el editor
El editor es el principal actor en
la publicación de libros. Éste mantiene contacto con cada uno de los
interventores en el proceso editorial: el autor, los impresores, los
vendedores y los ilustradores. Sus
principales labores consisten en leer la obra del autor; presentar
observaciones, si es necesario; y prepararlo para su impresión. En el curso de la edición se prepara el texto para
evitar errores y potencializar su venta (en mí presente, los libros se venden)
3. La impresión y el impresor
Después del trabajo de corrección y del
diseño que elabora el editor, el impresor
se encarga de vigilar dichas modificaciones. Y en la fase en que las letras se plasman con
tinta en las láminas de pulpa de celulosa (papel), lleva a cabo las órdenes del
editor.
La impresión debe ser de calidad (recuerde que nosotros obtenemos
ganancias por la venta de libros) y debe tomar en cuenta técnicas para aumentar
el atractivo del producto (añadiendo color, imágenes, colocando el tipo de
letras adecuado y decorando con esplendorosos encuadernados)
4. Las ventas y los vendedores
El vendedor es el agente a quien se
le entregan los libros terminados con el fin de que éste invite a su lectura. En
mi caso, el vendedor compra los libros a un bajo costo y los ofrece a un
consumidor, por una cantidad más alta. También puede situarlos en habitaciones
especiales para la transacción libro-dinero (librerías).
Como podrá notar, el trabajo de
elaboración de textos funciona en conjunto. Es un proceso que, en mis días, necesita una fuerte inversión y de estrategias
claras; ya que, a la par que se tiene un cometido educativo, la actividad económica también se hace presente.
Al final usted decide cuál de las dos intenciones
guía la producción de sus libros.
Saludos desde el lejano pasado que
un día fue el inmejorable presente.
Tal
vez como asegura el historiador William Jarvis, en el mismo sitio de noticias,
mi mensaje no sea más que “basura inútil”; contenido que no necesitan los
habitantes del futuro, pero, estoy segura, es una inevitable expresión de realidad o una ambición de trascendencia”.
Referencias:
-s/a. ¿Para qué sirve una cápsula del tiempo?
El país. [En línea]. España. Mayo 2010. [Fecha de consulta: 25 de febrero
2014]. Disponible en: http://www.abc.es/20100507/ciencia-tecnologia-tecnologia/para-sirve-capsula-tiempo-201005071140.html
-Smith, Datus. Guía para la publicación de libros. Universidad
de Guadalajara. México. 1991. Pp 1-14